¿Porqué no dejar que los ciudadanos diseñen sus ciudades?
La red y las nuevas tecnologías hacen que la conexión entre diseño y fabricación sea hoy casi inmediata y hace posible que el DIY (hazlo tú mismo) lleve esa idea de juego y apropiación a una escala urbana.
El mercado es cada vez más el responsable del diseño de la ciudad
Make a Sity es un proyecto con el que intentamos llamar la atención sobre la manera en que el mercado y los intereses económicos privados son los responsables del diseño de las ciudades, y por tanto, de la vida de sus habitantes.
El espacio público debe ser el espacio donde se ejerza la ciudadanía y esta no puede consistir únicamente en consumir.
El derecho a la infraestructura y a infraestructurar.
Las nuevas tecnologías han propiciado la emergencia de nuevos colectivos que reclaman su participación en la gobernanza de la urbe. El derecho a la ciudad que reivindicaba Lefebvre en 1968 ha adquirido una nueva dimensión. Los amateurs ahora también reclamamos participar en una nueva capa de la ciudad: el urbanismo y el hardware urbano. Reclamamos el derecho a la infraestructura y a infraestructurar (Corsín, 2014)
Proyecto colaborativo FLOS (free libre open source)
Nuestros objetos funcionan en dos niveles: como archivos 3D generan vínculos en torno a la innovación en una producción colaborativa, pero también y más importante, funcionan como infraestructuras mismas: contribuyen al equipamiento de las areas donde se instalan y son la infraestructura que posibilita unas nuevas relaciones sociales y políticas.
El derecho a la ciudad
La calle, al igual que la ciudad, es el resultado del trabajo y la vida en común que todos hemos producido. Este bien común esta siendo sometido a la mercantilización y al cercamiento. El derecho a la ciudad es mucho más que un derecho de acceso individual o colectivo a los recursos que esta almacena, es un derecho a cambiar y reinventar la ciudad según nuestros deseos. (Harvey 2012)
Nuestra acción es una práctica ciudadana que modifica de forma temporal el entorno urbano donde se ejecuta. Queremos que nuestro proyecto sea una práctica auto-organizada y colectiva que trabaje por el empoderamiento urbano de la ciudadanía y desarrolle procesos críticos sobre la ciudad actual, en especial sobre la identificación del ciudadano como consumidor en el espacio público. Queremos que nuestra intervención construya nuevos equilibrios y active dinámicas de apropiación del espacio urbano. Diseñar y amueblar la ciudad es la manera de hacerla nuestra.
Del diseño 3D a la calle
El espacio público comienza a concebirse como un híbrido entre elementos arquitectónicos, redes, hardware, software y flujos de datos. Queremos explorar la traslación de los presupuestos y prácticas colaborativas de producción de las comunidades del software libre, al ámbito del diseño y la fabricación digital de mobiliario urbano. Queremos transferir la innovación ciudadana desde el soporte digital a la ciudad y al territorio.
Nuestros dispositivos son bancos y también soportes para sentarse en la calle que haremos aprovechando las estructuras ya existentes. Se diseñarán con herramientas de software libre de modelado 3D, y como objetos digitales, podrán ser descargados de la red por ciudadanos y diseñadores para ser usados, copiados, modificados y vueltos a distribuir.
La fabricación se hará por medio de procesos F2F (File To Factory) con las herramientas mediadas por ordenador habituales en un laboratorio de fabricación digital: cortadoras cnc, impresoras 3D, etc.
Contra un espacio urbano cada vez más privativo y regulado, pretendemos imaginar la posibilidad de un espacio público con licencia creative commons